Dossier de Prensa
Con el despacho a cuestas
— Almudena Nogués, © Diario Sur (28/10/04)
Permite desconectar del estrés de la oficina y mejorar el rendimiento. Algunos empleados malagueños ya conocen las ventajas del teletrabajo.
La oficina de Maite Becerra cabe en el maletín del portátil. Cada miércoles, esta directora del Área de Desarrollo de Personas del 061 echa el cerrojo de su despacho — ubicado en Campanillas — y se marcha con el trabajo a otra parte. A su casa para ser exactos. Allí, por un día, el teléfono deja de echar humo y los papeles cesan su escalada por la montaña de informes que apenas deja un hueco libre en su escritorio. Becerra es una de las trabajadoras de la provincia que ya ha empezado a beneficiarse de las múltiples ventajas que ofrece el teletrabajo.
«Cuando estoy pachucha o necesito hacer papeleos prefiero quedarme en casa y trabajar desde allí. No sólo estoy más tranquila, sino que además me es más fácil concentrarme a la hora de realizar ciertos informes», subraya. Y no por ello rinde menos. Esta directiva asegura que una tarde en casa le cunde más que varios días en la oficina. «A mi me resulta mucho más productivo porque no tengo las interrupciones típicas de cuando estoy físicamente en mi despacho», afirma.
Una válvula de escape
Para Becerra el teletrabajo es la válvula de escape que le permite huir de la monotonía de la oficina y cambiar de aires. «Echas las mismas horas, pero con la diferencia de que sabes que estás rodeada de los tuyos. Sin duda, el ambiente es mucho más agradable», destaca.
Esta fórmula — una de las últimas en sumarse a las políticas de conciliación de empleo y familia —, empieza a aplicarse tímidamente en las empresas malagueñas. La medida está especialmente diseñada para las madres trabajadoras. «Gracias al teletrabajo las mujeres que tienen varios hijos a su cargo pueden mantener su puesto sin bajar el rendimiento», asegura Juan José López, socio director de la consultora de recursos humanos Quorum.
Nuevas tecnologías
Las tecnologías son las principales aliadas de esta nueva forma de organización laboral. Sin ellas esta forma de trabajo sería impensable. «Hoy día estar conectado al 'messenger' es igual que estar en el despacho de abajo», indica López.
Pese a alabar las proezas del teletrabajo, los sindicatos prefieren andarse con pies de plomo y advierten de la esclavitud que puede generar el trabajar desde casa. «El abuso de esta fórmula arrincona al empleado respecto a sus compañeros por lo que lo ideal es compaginarla con el trabajo desde la oficina», aconsejan desde CC.OO.